La percepción del color bajo distintas fuentes de luz y su impacto en el confort visual y la seguridad urbana
ARRE —30/5/2025— La calidad de la luz no se define únicamente por su intensidad o color. Hay un tercer factor —a menudo subestimado— que determina cómo percibimos el entorno: el Índice de Reproducción Cromática (IRC), o Color Rendering Index (CRI) en inglés, que abordaremos en esta cuarta entrega de Campus ATP.
¿Qué es el IRC?
Este valor, que va de 0 a 100, mide cuán fielmente una fuente de luz permite percibir los colores en comparación con una fuente de referencia natural. Cuanto más alto es el valor, más realista será la percepción cromática. Una reproducción deficiente puede distorsionar los tonos, mientras que una buena reproducción mantiene la fidelidad de los colores en las áreas iluminadas.
¿Cómo se mide?
El IRC se calcula iluminando una serie de colores estándar con la fuente evaluada y comparando el resultado con la apariencia que tendrían bajo una fuente ideal —ya sea la luz solar o un cuerpo negro, según la temperatura de color de partida. La media de las diferencias en la percepción de estos tonos da lugar al valor final.
Conviene aclarar que el IRC no mide la curva espectral completa, sino su efecto perceptivo. Es una simplificación útil que traduce datos técnicos en una cifra comprensible y relevante.
Valor IRC |
Calidad de reproducción cromática |
90 – 100 |
Excelente – similar a la luz natural |
80 – 89 |
Buena – adecuada para la mayoría de usos |
70 – 79 |
Aceptable – con limitaciones |
< 70 |
Pobre – distorsión evidente de colores |
Más allá del interior: el IRC en el espacio público
Durante años, el IRC ha estado ligado casi exclusivamente a entornos donde la precisión del color es esencial: comercio, sanidad, arte. Sin embargo, en el alumbrado exterior también tiene un papel clave.
Una reproducción cromática fiel mejora la percepción visual, facilita la identificación de personas, vehículos y señales, y refuerza la sensación de seguridad en calles y parques. Además, contribuye al confort estético: una luz cálida y bien equilibrada genera entornos más agradables, acogedores y armónicos.
En zonas peatonales, espacios naturales y núcleos rurales, el equilibrio entre temperatura de color y reproducción cromática se convierte en un factor determinante para el bienestar visual.
Una dicotomía resuelta: IRC vs. temperatura de color
Durante mucho tiempo, elegir luz cálida implicaba sacrificar calidad cromática. Tecnologías como el sodio de alta presión (VSAP), con su característico tono anaranjado, ofrecían un IRC extremadamente bajo. Frente a ellas, las fuentes blancas ganaban en fidelidad de color, pero perdían calidez y armonía visual.
Hoy, esa elección forzosa ya no es necesaria. Los avances en tecnología LED han permitido combinar temperaturas ultracálidas —como 2200 K o incluso 1800 K— con índices de reproducción cromática notablemente superiores a los del VSAP.
Fuente |
TCC (K) |
IRC aproximado |
VSAP (sodio) |
1800 |
25 |
LED ATP 2200 K |
2200 |
>70 |
LED ATP 1800 K |
1800 |
>70 |
PC Ámbar (LED) |
—* |
58 |
Halogenuros (HM) |
2800 |
88 |
*A diferencia de los LED blancos, el PC Ámbar no tiene una temperatura de color correlacionada real. Su espectro está centrado en el ámbar y carece de componentes azules y verdes, lo que produce una tonalidad cálida muy marcada, pero también un índice de reproducción cromática más bajo (~58).
La gama de luminarias LED de ATP ofrece múltiples opciones de TCC ultracálida con valores de IRC superiores a 70, lo que supone una diferencia clara frente a tecnologías anteriores. En la práctica, esto significa poder disfrutar de una atmósfera cálida y confortable sin renunciar a una visión clara y fiel.
¿Misma temperatura de color = misma luz?
A menudo se asume que dos fuentes con la misma temperatura de color producen la misma calidad de luz. Pero eso no es así. La TCC describe el color aparente de la luz, no su riqueza espectral.
Por ejemplo, tanto el sodio de alta presión (VSAP) como un LED moderno pueden emitir luz con una TCC de 1800 K. Sin embargo, el VSAP concentra casi toda su energía en unas pocas longitudes de onda en el amarillo-ámbar. Esto limita gravemente su capacidad para mostrar con fidelidad otros colores, lo que se refleja en un IRC muy bajo.
En cambio, los LED de última generación ofrecen espectros más amplios, aunque también sean cálidos. Esto les permite alcanzar valores de IRC superiores a 70, aun en temperaturas de color muy bajas.
En otras palabras, el color que vemos y la calidad con la que percibimos el mundo no son lo mismo. La TCC nos da una sensación visual general; el IRC nos dice qué tan fiel es esa luz a la realidad.
Tecnología al servicio de la percepción
Las luminarias ATP incorporan LED de alto rendimiento y ópticas diseñadas para garantizar una reproducción cromática estable y controlada en cualquier condición. La documentación técnica de cada modelo incluye no solo los valores reales de IRC por temperatura de color, sino también la radiancia espectral detallada, incluyendo el porcentaje exacto de flujo azul emitido.
En resumen, el IRC es más que una cifra. Es una garantía de calidad visual. Y gracias a la tecnología LED, ya es posible lograr entornos cálidos, seguros y emocionalmente agradables sin renunciar a una reproducción cromática natural.
En el próximo número del Campus ATP abordaremos en profundidad la temperatura de color: qué significa realmente, cómo se mide y qué impacto tiene sobre nuestra percepción visual y emocional.
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Julio Aparicio
ATP Iluminación
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